La educación inclusiva surge como respuesta a la educación clásica donde la diversidad es vista como negativa, la escuela graduada donde se suponen las mismas necesidades a grupos de alumnos por compartir edad, a la exclusión social, a la educación especial segregadora y proteccionista.
La escuela inclusiva garantiza que todos los alumnos sean aceptados en pie de igualdad y se les ofrezcan las adaptaciones y las ayudas necesarias para garantizar su aprendizaje.
Los principios de una escuela inclusiva deberían ser:
- participación: de alumnos, profesores, familias, comunidad, para poder aprovechar al máximo todos los recursos educativos disponibles.
- expectativas positivas: para todos los alumnos independientemente de sus capacidades y necesidades, se resaltan los éxitos, se promueven los puntos fuertes, se trabaja la cooperación.
- enseñanza y aprendizaje interactivo: se promueve la participación activa del alumno en el proceso de aprendizaje, se utiliza el aprendizaje colaborativo y experiencial.
- apoyo a profesores: se trabaja la enseñanza en equipo, existen estrategias comunes con objetivos comunes.
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